Cómo hacer una ponencia exitosa

Tocaba retomar de nuevo el blog y tras unos fantásticos artículos de invitados (1 y 2) de la semana pasada aquí estamos de nuevo. Esta vez para contar una de las experiencias más increíbles que jamás he vivido nunca profesionalmente hablando y que tiene relación directa con mi trabajo, el SEO, una escuela de negocios y todo lo que este blog representa para mi.

“Tú mismo eres un gran ejemplo de Inbound Marketing” es una de las frases que más ha calado en mi en los últimos días. Tuvo lugar en la II Edición del Inbound Marketing Made In Madrid organizado nada más ni menos que por el ICEMD (Esic) y la compañía InboundCycle, entre otros.

Unos minutos antes de escuchar esta misma frase me encontraba sentado en primera fila con los ponentes del evento, la primera conferencia se estaba acabando y ya me tocaba a mi. Dentro de pocos segundos dirían mi nombre y tendría que ponerme delante de una audiencia de casi 200 personas y hablar de “qué es lo que hago”… pero, ¡Espera! ¿Qué hacia yo aquí y por qué? Y sobre todo… ¿Qué demonios quería decir esa frase? Mejor empezamos por el principio… Ésta, ha sido mi primera experiencia como ponente 😉

¿Quieres saber cómo dar una ponencia exitosa?

Cuando comencé mi blog, había idealizado el concepto de “dar ponencias” y lo había asociado inevitablemente a la idea de que solo los mayores triunfadores en sus respectivos trabajos serían capaz de darlas, idea ante la cual me obsesioné y durante los primeros meses de vida de mi blog era para mi “una de esas metas doradas” que alguna vez tenía que alcanzar.

Unos cuantos meses después esta percepción poco a poco y cada vez más, fue cambiando. Terminé por decirme a mi mismo que “la ponencia no es el fin” sino un reconocimiento por tu trabajo, y los resultados de ese trabajo deberían ser el fin. No la visibilidad que puedas conseguir en un momento puntual.

Tras darle varias vueltas y ver algunas primeras ponencias de compis míos dentro de Quondos, de alguna manera me pareció experimentar que yo me sentía más cómodo del lado de la persona que se encuentra escuchando entre el público que del lado de la persona que se encuentra en el escenario. Me sentía más cómodo así y como las cosas me estaban comenzado a ir bien de ese modo, no se me pasó jamás de nuevo por la cabeza la disparatada idea de que subirse a un escenario podía cambiar toda mi percepción de nuevo. Una vez más y de forma definitiva.

Hace poco me vi ante una oportunidad descomunal a nivel profesional. De estas que sabes que no se encuentra todo el mundo cada día delante de sí y que de algún modo no puedes rechazar. Pau, el CEO de InboundCycle a los pocos días de conocerme (o mejor dicho, de conocer mi blog) se le ocurrió la loca idea de proponerme ser el último ponente que participaría en la II edición del Made In Madrid, para un evento donde estaba implicado el mismísimo ESIC, una de las escuelas de negocios más importantes y exitosas de nuestro país y todo ello delante de una audiencia real y con streaming vía Latinoamérica.

-.¿Alguna vez has hablado en público? 

-.”No, no tengo ninguna experiencia aún en este sentido”.

No había muchas más vueltas que darle, hablaría de SEO y de captación de tráfico web durante 40 minutos y para ello tendría que prepararlo todo, ponerme manos a la obra y empezar a trabajar. Ya no había marcha atrás. Iba a ser ponente en un evento mucho más grande del que me hubiera imaginado para ser mi primera vez. ¡Y no podía fallar!

Consejos para preparar tu primera ponencia

A nivel mental lo primero que tienes que haces es tranquilizarte. Debes ser consciente de que no – pasa – nada porque los primeros minutos estés nervioso, ya que son muchísimas las personas que jamás se atreven a hablar en público por el famosísimo y temido “miedo escénico” y tú al tomar la decisión de hacerlo ya te puedes considerar “un valiente” así que vamos con los consejos que a mi mejor me han funcionado y también los que daría yo una vez pasada esta primera gran experiencia.

1. Preparación: guión más espejo

Si te estás preguntando cómo hacer una ponencia que sea exitosa lo primero por lo que tenemos que empezar es por la preparación. ¿Cuál es el mejor método recomendado? No lo sé. Yo si quieres te puedo comentar el que hice yo y que seguro que repetiré para próximas veces. Elaborar una especia de esquema guión para comenzar. Sobre el papel es mucho más fácil soltarse en la fase de inicio (o fase de bloqueo). Después tendrás que repetir este guión una y otra vez delante de un espejo (o simplemente en tu habitación).

2. Perder el miedo a oír tu voz

Uno de los males más comunes en este tipo de situaciones nuevas de tanta exposición a la gente, es que (sobre todo al principio) puedes sentirte “raro” al escuchar tu voz en alto durante tanto tiempo. Incluso a la hora de ensayar, los primero ensayos a veces no puedes evitar sentirte extraño hablando para la pared de tu cuarto durante horas y paseándote por él de un lado a otro sin dejar de parlotear. Integra tu voz en el ambiente y piensa en ella como tu mejor aliado, no como un elemento extraño. Aprende a escucharte.

3. Dirás un 70% de lo que hayas previsto

Ten tolerancia al olvido del directo. Es posible que hayas preparado un montón de frases ingeniosas y bromas encubiertas después de cada giro de voz, pero si esta es la vez que vas a dar tu primera ponencia ten en cuenta que es muy probable que más de un 30% de todo lo que tenías previsto se te olvide. Y del mismo modo algo que también experimenté es que la improvisación es algo que también tiene lugar en las ponencias. Otro 30% adicional de lo que dije jamás tuve pensado decirlo.

4. Captando la atención de la audiencia: aprende a modular la voz

No siempre es tan importante todo lo que dices, sino “cómo – lo – dices”. Los mejores oradores del mundo son especialistas en hacer sonar su voz de modos diferentes y totalmente matizados en función a la zona del discurso donde se encuentren. En lo personal, es algo que creo que suelo hacer cuando estoy en un ambiente distendido, pero delante de 200 personas tenía mis dudas, no obstante salí muy contento en lo que a este punto se refiere, por lo menos bajo mi percepción.

5. ¿Bromas? Cuál es el tono que debo elegir

Uno de consejos comunes a la hora de preparar tu primera exposición, es la de “haz una broma de inicio para meterte a la audiencia en el bolsillo”. Yo te digo que esto es muy relativo. Hazlo si ese es el tono que va contigo y realmente te apetece ya que no es fácil llevar esto a cabo y si no es algo que sale natural de ti va a quedar extraño. Yo no quise hacer “bromas” para tratar de “empatizar” y probablemente tampoco lo trataré de hacer en un futuro. ¿Por qué? Porque no es mi tono, cuando trabajo trato de concentrarme y de ponerme en modo Semrush 😉 (esta fue una de mis diapositivas).

>>Lectura relacionada: Mi colega de Dale Vida a tu Marca hace su propia crónica de mi ponencia de SEO

Después del escenario: “el momento mágico”

Retomando mi experiencia real, tengo que decir que a pesar de que durante los primero instantes si experimenté una sensación de corte inicial, a los pocos minutos se diluyó y empecé a sentirme cada vez más cómodo en el escenario. A andar por él y mirar las caras de las personas tratando de averiguar su percepción.

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando estás hablando de algo que te gusta. En mi caso fue casi fugaz y al rato he de decir que ya no quería bajarme del escenario. Lo sentía como algo natural y esto a su vez me hizo sentir bien, ya que nunca hasta ese momento había tenido experiencias de hablar en público.

Brutal y didáctica!! Explosiva combinación en ponencia #SEO de @DeanRomero10 en #inboundmarketingweek

— Miguel Gutiérrez (@MAV_GUTIERREZ) junio 3, 2014

Lo que viene después de dar una ponencia, sobre todo cuando nunca lo has vivido antes es mágico. Se te acercan un montón de personas, mucha gente quiere hablar contigo y preguntarte cosas un poco más en privado o muchos también quieren ofrecerte trabajos puntuales o llevarte de la mano hacia sus compañías. Tus cuentas en redes sociales también se disparan y en una hora aumentas la misma cantidad de followers y seguidores en Google+ que de forma tradicional hubieras conseguido en 2 meses.

Tal y como me dijo Pau, “a partir de ahora te van a salir muchas novias”, lo cual se viene a referir justamente a eso. Ese día tuve finalmente que declinar entre 5 y 10 ofertas de trabajo (y lo hice feliz, porque tengo ahora mismo cosas mucho más prioritarias que atender).

Veo cada vez el camino más despejado. Algo curioso que he percibido a raíz de esta experiencia es que después de dar tu primera ponencia te sientes algo así como “invencible” en el sentido en que ya nada te puede intimidar, porque sencillamente ya no has podido estar más expuesto.

Introducirme en este mundo empresarial en primera línea me está haciendo tener que declinar y dejar de lado todo lo demás y es que todo tiene un precio, pero me parece algo justo y lógico, ya que la lección más valiosa que acabo de aprender durante mi primer año y dos meses como blogger, es que si no te focalizas en algo… sino te focalizas en algo dejando de lado TODO lo demás, nunca podrás llegar a ser lo suficientemente bueno.

Tengo la enorme suerte de que la compañía para la que he empezado a trabajar desde hace muy poco es una empresa increíble, tanto a nivel profesional como humano. Ellos mismos me facilitan las herramientas de SEO que pueda necesitar para desempeñar mi trabajo, pero no solo esto, sino todas las facilidades del mundo para emprender hasta el punto de ayudar a focalizar una parte de los recursos y el esfuerzo en mi propio proyecto personal (existen sinergias entre mi proyecto y mi nuevo trabajo).

El Inbound Marketing busca la atracción del usuario en lugar de ir detrás de él. La frase de Pau hacia mi de “eres un ejemplo de Inbound Marketing” quiere decir que yo o en este caso mi blog, mi trabajo y mi visibilidad en Quondos, fueron lo que le llevaron a querer contratarme, y a mi a empezar una nueva etapa de mi vida espectacular. Sin yo buscarlo…

En 1 año las cosas ya no pueden ir mejor. Gracias blog y sobre todo gracias lector. No tengas vergüenza. La vergüenza es absolutamente psicológica (no existe si tú no quieres, no es real) y si tienes la suerte de subirte a un escenario es porque todo el mundo quiere oír lo que tú tienes que contar. Todo, absolutamente todo, es mental. Decidir tener éxito o fracasar es solo una actitud que tú puedes pre-seleccionar en tu cabeza y después adaptar y moldear a tu voluntad, y además hacer que el resto de personas crean también en ello. Tan solo tienes que estar convencido.